lunes, 15 de noviembre de 2010

Segundo tiempo. La aportación del aficionado.

El templo del aficionado.
Ya hemos hablado de la sociabilidad, salud, y valores de la sociedad. Ahora nos adentraremos en un aspecto un poco más futbolero, ahora contestaremos una pregunta que todos los seguidores del futbol nos hacemos, “¿realmente influye en algo que yo apoye a un equipo o a otro?”
La respuesta más concurrida es que no sirve de nada apoyar a un equipo en especial, después de todo cuando los 11 hombres que vemos en la televisión ganan un campeonato solo se limitan a hablar de las personas que salen en pantalla.
Lo que pocos saben es que todos los equipos profesionales de futbol necesitan de los millones de aficionados que siempre estamos del otro lado del aparador, separados de la fama y el reconocimiento.
Sin nosotros los equipos desaparecerían.
Sin importar el poder adquisitivo de los equipos profesionales, resaltando al Real Madrid un fondo económico cotizado a 980000000 euros, o el Manchester United que comparte con el equipo de Nueva Inglaterra (de futbol americano) un fondo económico de 781000000 euros.
Si bien es cierto que los equipos profesionales son entidades económicas poderosas, también es cierto que su fortuna la crearon a través de nosotros.
Gracias a los contratos por derechos de transmisión, venta de productos oficiales, entradas en los estadios y convenios comerciales, son la causa de los cientos de millones de euros en las cuentas bancarias de los equipos profesionales.
Imagínense si un fin de semana la sociedad se pusiera de acuerdo para no ver un partido en la televisión, ni asistir a los estadios, ni comprara playeras oficiales, tampoco consumiera los productos que los jugadores anuncian en los comerciales. Simplemente el poderío económico de los equipos se tambalearía.
Lo que es un hecho es que gracias a “nosotros” los equipos son las fuertes entidades económicas. Gracias a que cuando observamos en televisión un partido es que los jugadores tiene un salario.
Cuando nuestro equipo favorito levanta un trofeo, nosotros somos parte de ese éxito, y no somos cualquier fracción, somos la más importante, justamente en nosotros comienza el proceso de formar un equipo campeón.
Todo empieza cuando nosotros prendemos la televisión o compramos una playera del equipo que apoyamos, después esa transmisión de televisión se transforma en un contrato por derechos de transmisión que se reditúa en dinero, al igual que las playeras, el dinero llega a las arcas del equipo de futbol, después ese dinero es utilizado para comprar mejores jugadores o formar mejores promesas juveniles, por ende ganan más partidos (por tener mejores jugadores), que por consiguiente lo hacen acreedor a más trofeos. Dichos títulos y reconocimientos atraen a los aficionados a prender la televisión o comprar un artículo deportivo (playera) del equipo, y el ciclo se vuelve a repetir.
Nosotros tenemos literalmente el control en nuestras manos, sin nosotros los equipos perderían fuerza económica y repercutiría en su nivel deportivo.
Por tal razón, cada vez que vemos a nuestro equipo adjudicarse varios campeonatos es en gran medida a todos y cada uno de sus seguidores como nosotros.


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