Sociabilidad
En este mundo tan materialista, industrializado y globalizado, los negocios han tomado una importancia abrumadora ante los sueños de los niños, el héroe dejo de ser un simple prototipo de un hombre con características y habilidades dignas de imitar, para dar paso al hombre que produce muchos “verdes”.
En este mundo tan materialista, industrializado y globalizado, los negocios han tomado una importancia abrumadora ante los sueños de los niños, el héroe dejo de ser un simple prototipo de un hombre con características y habilidades dignas de imitar, para dar paso al hombre que produce muchos “verdes”.
Como todo niño miraba en televisión el partido de futbol, mis vecinos también observaban los encuentros de soccer, algunos de ellos lo hacían por gusto, otros porque sus padres se sentaban a verlo durante horas y horas, y algunos más para tener algo de qué hablar con los demás niños de la vecindad.
Al crecer, invariablemente todos adoptaban un equipo, con sus respectivos héroes e ídolos. Algunos se vestían de amarillo, otros de azul, y otros como yo se inclinaban por un equipo poco conocido.
Con el paso de los años, mis vecinos se empezaron a conjuntar en pequeños grupos afines a su equipo de preferencia, en la casa de enfrente se reunían los que apoyaban a los de rojo, mientras que en la casa de alado estaban congregados los albirrojos. Indiscutiblemente todos éramos amigos, solo que teníamos amores distintos. Yo, siempre solo, me imagine que esto nunca cambiaria, pero al llegar a las primeras etapas de mi vida adulta el futbol tomo un segundo plano en nuestras rutinas, ya no nos reuníamos en las tardes para patear un bote imaginándonos que era el balón Adidas que Zidane manejaba con elegancia y técnica depurada. Ahora, teníamos problemas “serios”, la preocupación por buscar un empleo y mantener a una familia les quitó la inocencia a algunos de mis amigos, la mayoría afortunadamente estudia la universidad y sus únicas responsabilidades son salir lo más rápido de la carrera y no embarazar a sus novias mientras logran su titulo.
Ahora observo a mis vecinos, la mayoría ya no nos hablamos, y al estar mirándolos fijamente recuerdo como algo que actualmente parece insinuante nos ha cambiado la vida llevándonos por caminos totalmente distintos.
El futbol era un simple pretexto para reunirnos a platicar de nuestras anécdotas en la escuela, de las series de televisión que nos gustaban, o incluso de nuestros propios padres. Estoy seguro que a todos les gusta salir a divertirse con los amigos, a los ancianos les encanta jugar ajedrez en un lindo parque, a los jóvenes salir al bar, y a los niños salir a patear el balón.
La convivencia entre los humanos es algo muy sano, nadie puede estar aislado de sus semejantes. Por naturaleza somos un animal sociable.
Sociedad se deriva del latín “societas” que significa unión, compañerismo y asociación.
El futbol no podía estar ajeno a la sociedad, pues la unión entre los humanos se encuentra en todos y cada uno de los aspectos del balompié.
Dicha prueba de lo anterior se puede remarcar en varias situaciones, como por ejemplo:
-la sociedad que se forma con los 11 hombres que están dentro de la cacha, cada uno aporta al equipo con sus cualidades y características.
-la sociedad que forman los aficionados que asisten al estadio para apoyar al equipo de múltiples maneras para demostrar su lealtad al club.
-cuando varias personas se asocian de manera formal en coordinación con el equipo que apoyan para formar los grupos oficiales de fans.
Todos los ejemplos anteriores se reflejan en nuestro entorno tomando diferentes formas, como el simple hecho de juntarse con los amigos para jugar un pequeño partido, reuniéndote con los compañeros de trabajo para actividades recreativas (futbol), agruparte con tus familiares para ver un partido de fin de semana, o inclusive, dejando todas las actividades a un lado para ver un partido de la selección mexicana en el mundial.
Ya sea que practiques el futbol, o que seas un aficionado en el estadio, o un telespectador, lo importante es que te reúnas con tus amigos, compañeros, o familiares para convivir y fortalecer los lazos con otras personas que comparten el gusto por este maravilloso deporte.
Tal vez mis vecinos ya no les interesa el futbol, pero estoy seguro que todavía sentimos un profunda fraternidad entre nosotros.
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